Dublín es una ciudad que ha cambiado mucho en la década de 1990 convirtiéndose en un destino estratégico de Europa. Una ciudad joven, alegre, fiestera, bella y con mucho valor y calidez humana hace que los turistas encuentran algo especial con que satisfacer su estadía ya sea de corta o larga duración.
La reputación de darle la bienvenida irlandesa no es un cliché, usted saldrá con un corazón lleno de calidez.